jueves, 31 de mayo de 2012

Boom, anticuerpos dinamita

Hacía exactamente una semana desde que había sido demolido el edificio de en frente de mi casa, que solía contemplar cada mañana desde mi cama a través de la ventana. Solía quedarme unos minutos en la cama, medio consciente de la realidad y medio dormida en un sueño, y mientras, observaba como día tras día aquel bloque de pisos, semejante a un torreón de nichos, se iba deteriorando, y como alguna mañana aparecía un nuevo tatuaje en su fachada, obra de los artistas peores pagados de la calle. Sin embargo, aquella mañana sólo pude observar escombros en un intento de reunir la valentía para levantarme; presentía que no serían esos los últimos escombros de los que sería testigo, y no tenían porque ser escombros físicos, podían ser más abstractos, más psíquicos, fragmentos de los últimos valores de esta sudorosa sociedad, sucia, infectada de parásitos. No podía parar de pensar en ello, escombros y más escombros, vitales, causados por grietas de dolor y por la acción demoledora de los pisotones de las personas, sin mirar por donde caminan ni hacia donde van, y sin importarles a quienes tengan que pisar. No sólo en un cuerpo, un organismo vivo; sino también en la vida, en la sociedad, tienen lugar procesos de autoinmunidad, reaccionamos contra nosotros mismos y pretendemos autodestruirnos. ¿No querías un bombear en tu corazón?, ¿No despreciabas tú los latidos?

Son personas. locas

Son personas las que buscan corazones rotos para reconstruirlos con simples ladrillos, piedra y cemento. Son personas las que descosen las costuras de este mundo cuando escasean el hilo y las agujas. Son personas las que persiguen una sordera ante las bellas canciones de la naturaleza. Son personas las que inundan los continentes con sus lágrimas y no las lluvias torrenciales. Son personas las que persiguen una ceguera ante los inmensos paisajes de este mundo. Son personas y no el Sol quienes iluminan el universo con descubrimientos e ideas. Son personas las que construyen nuevos días en esta época. Son personas las que dictan el qué pensar y el qué sentir. Son personas las que calculan el número de estrellas y de pájaros volando alrededor de sus cabezas, locas. Son personas las que crean las estadísticas de nacimiento y muerte de sentimientos. Son personas las que destruyen lo que crean, y lo que no han creado. Son personas las capaces de levantar edificios hasta el Sol para recoger llamas que alimenten sus hogares. Son personas las que pierden lo encontrado, encuentran lo perdido, y buscan lo inexistente.

El sendero de tu piel

- He decidido viajar alrededor del mundo. - ¿Durante cuánto tiempo? - Para siempre, hasta mis últimos días. - Pero, no te entiendo, ¿a qué se debe tal decisión?, te echaré demasiado de menos, pensaba que había algo entre tú y yo. - No me echarás de menos. - Pero si me cuestan infinitos suspiros separarme de ti cada día, ¿cómo voy a soportar no verte más? - Porque sí que me verás, me verás todos los días y a todo momento, sin pausas. - Ahora sí que no te entiendo, sabes que no puedo irme contigo aunque sea mi mayor deseo. - No es necesario, yo me iré contigo, alrededor de ti, tú serás mi Tierra y yo tu Luna. Para mí no hay más mundo que tú, y quiero recorrer cada centímetro tuyo sin perder un solo detalle del paisaje de tu cuerpo.

Locura Vs. Cordura

Hasta la vista querida inspiración, han sido ya muchas estrellas las que han nacido en el techo de mi habitación. Pero ahora toca su muerte, las ideas se evaporan y mi mente queda cargada de supernovas en espera de convertirse en agujeros negros que perforarán mi cuerpo. Mientras tanto, me encuentro buscando sin descanso un punto de no retorno en el que no me alcance el vacío ni la oscuridad. Dirías que enloquezco con cada palabra que escribo, pero lo que no sabes es que mi mayor miedo es la cordura, hace falta un equilibrio, y en mi entorno soy yo el peso de locura en la balanza. Temo en que uno de estos días pierda algo a lo que no dejo de aferrarme y que mantiene mi locura en buen estado. Temo perder la cabeza, porque hasta los locos la utilizan, y creo que mucho más que los cuerdos. El hombre es loco por sus actos. Si pienso luego existo, ¿qué pasa con las personas que no piensan?, ¿no existen?, ¿son fruto de mi imaginación?; y si son sólo creaciones de mi mente, entonces yo existo por pensarlos, ¿no? y si los pienso, entonces enloquezco, estoy loca por pensar en ellos y no en las cosas verdaderamente importantes. ¿quienes son las personas que piensan cuerdamente entonces?

Teatro.

Ojos empañados en lágrimas, el maquillaje ligeramente corrido, y el flequillo desordenado cayendo sobre sus ojos como cortinas raídas. Los labios entreabiertos, carnosos, rojos en contraste con su tez blanca, dejan ver una dentadura perfecta con una cierta separación entre los dos incisivos centrales superiores. Un ligero gesto con la mano cerca de su labio inferior. Uñas dejadas, presas de los nervios. Esta fotografía es realmente natural y transmite mucho, posiblemente se trata de una fotografía personal y el llanto debe ser verdadero, se nota en la angustia de su rostro. Pero las apariencias engañan y el mundo es un escenario, podemos encontrarnos actores en cualquier rincón, la vida es un teatro sin guión. ¿Y dónde están las acotaciones?, ¿hay narrador?

miércoles, 2 de mayo de 2012

Miedo.~

Miedo. Miedo a la muerte aunque no se sienta. Miedo a la vida aunque no quieras vivirla. Miedo a los ojos que te miran con rencor, con odio. Con decepción. Miedo a no poder ser lo que esperan que seas. Miedo a conocer o desconocer el futuro. Miedo a recordar u olvidar el pasado. Miedo a no poder hacer lo que quieres. Miedo al fuego, fuego de amor. Miedo a enamorarte de la persona errónea. Miedo a no ser comprendida. Miedo a la oscuridad por ser refugio de espíritus y seres monstruosos que en realidad sólo son imaginados. Miedo a que una mujer con capucha negra llame a tu puerta y te lleve al infierno antes de lo previsto. Miedo a hacer lo incorrecto. Miedo. Simplemente miedo a algo que sabemos que vamos a tener que hacer en uno u otro instante. Miedo que ocupa en nuestro corazón un espacio en un principio reservado para el amor.