sábado, 14 de enero de 2012

:$

Todos hemos estado entre la niebla alguna vez, nos atrapa poco a poco, con su blanquecina bruma, hace que nos olvidemos del mundo, de nuestra suerte, desgracias o amores. El frío comienza a acorralarnos, nos enfría y enrojece nuestras mejillas, los labios se secan y los ojos se cierran lentamente. Por un momento dejamos de estar presentes en el mundo y caminamos hasta nuestro interior, desaparecemos entre la niebla, aunque nuestro cuerpo siga ahí inmóvil. Nos sumergimos en nosotros mismos, nuestros miedos, virtudes y defectos. Nos autoevaluamos, pero de repente, despertamos de entre la niebla y huimos de ella, buscando un lugar más cálido. Ahora cuando la niebla me atrapa, he decidido no huir, porque la ultima vez acabé quemándome y aun tengo las quemaduras en mi interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario