lunes, 12 de marzo de 2012

Te llames como te llames.

Te llames como te llames, seas quien seas, el destino te encontrará. Las paredes desnudas se vestirán y los domingos y las nocheviejas serán mejor. Mientras tanto, colgado de un capricho que no me deja dormir algunas noches, te espero tomando una cerveza en cualquier parte. Escucho la melodía perfecta en Café Teatro acompañado de mis grandes amigos y tú te cuelas en todas las canciones. Miro a mi alrededor. Qué suerte tienen algunos, lo encuentran a la primera. Yo, al contrario, aquí estoy bebiendo alcohol para la pena y droga para aguantar, para aguantar esta ilusión que quema por dentro. Tal vez, sepa ya como te llamas. Quizás aquel día el destino te encontró y por eso mis domingos son mejores. No me puedo engañar, me cuesta dormir, nadie me advirtió de esto el día que te conocí. Echemos la culpa al destino o démosle las gracias. Sólo me queda saltar y entender que al saltar no siempre se puede caer de pie, aunque… ¿por qué no? Alguna vez te mereces cien por cien tu recompensa. Nadie lo sabe hasta que salta. Sí, puede que esta vez caigas de pie pero si no que nunca te falte un amigo para ayudarte a levantarte de nuevo.

“A veces te das cuenta de lo que sientes y escribes, otras veces escribes y te das cuenta de lo que sientes.”

Para el recuerdo lo dejo por escrito....

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