jueves, 29 de marzo de 2012

Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste

Por fuera tengo cara, sí, buena cara, una sonrisa cada día, cada vez que veo a alguien, cada vez que intento disimular un dolor que es imposible disimular por dentro, cada vez que me levanto por las mañanas y veo las caras de los que me rodean, pero después vuelve el mismo pensamiento de siempre, un pensamiento aterrador que no me gustaría que pasase por mi cabeza ni un segundo en mi vida: "ÉL NO ESTÁ, YA NO ESTÁ, SE FUE Y NO VOLVERÁ" Y sigue avanzando el día, cada vez se me viene más ese pensamiento a la cabeza, no se va, es imposible...
Al final del día es la única vez que río y sonrío porque sé que se acabó, un día más ha terminado, un día menos para volver a verlo, sí, solo es un día, pero en realidad es una eternidad, un infierno, un tiempo terrible en el cual lo único que hago es echarlo de menos una y otra vez... Ya queda menos, muy poco, casi nada -pienso- pero eso no es así, queda pasar días, muchos días sin verle, y lo único que me consuela es su voz, lo único que me queda y por lo que sigo aquí, esperando sin consuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario